Ecos de vacuas oraciones
Que no alcanzaron el cielo
Y murieron olvidadas,
Atrapadas en telarañas.
El viento, amo y señor
Sopla, susurra lleno de secretos
Donde antes los tañidos
Llamaban a confesión.
Fantasmas de viejas devociones
Aferrados a la misma piedra
Que un día vio a miedos y dudas
Convertirse en miedos y certezas.
El pasto se hiergue, soberano
Donde antes siervos postrados
Imploraban al señor de las promesas
Alivio en un mundo de mentiras.