Pero algo habΓa observado luego que la verdadera juventud le abandonara.
Los hombres creen en aquello que desean creer, en lo que necesitan creer y cada uno de ellos ve a sus dioses en funciΓ³n de la imagen que tienen de sΓ mismos.
De las culpas que cargan y de los anhelos que los sumen en el insomnio; de aquello que aman mas tambiΓ©n (y sobre todo) de lo que temen.