El caimán
– ¿Algún problema, oficial? – el agente meneó la cabeza, sin dejar de mirar la carretera.– No, señor. Un accidente… – comenzó a mover vivamente su linterna, alertando a las luces que se acercaban a alta velocidad. – ¡Circule! Condujo con cuidado; las luces de las patrullas convertían a la niebla en una intermitente marea roja o azul y debió concentrarse en mantener la senda, la única que el accidente había dejado libre. Un viejo Read More …