Dos de noviembre
Todos los dos de noviembre marchábamos en familia al cementerio. El camino que seguíamos corría junto a la vía por casi medio kilómetro, y nunca faltaba quien caminara unos metros sobre los rieles. La tía Ana era fina para caminar arriba de las vías, igual te caminaba una cuadra, rapidito y sin perder el equilibrio nunca; yo le envidiaba la habilidad. El tío Gabino decía que no se caía porque era petisa, pero yo era Read More …