Helados derretidos
– ¿Vamo en el vasco, Julito? – dijo el tío, ya en el portón. Yo había hecho la mitad del camino hasta donde estaba, cuando preguntó: ¿No le pregunta a su madre? Podía decir que no hacía falta, que era ir y venir, ahí, hasta el vasco nomás, pero era más rápido ir a preguntar, que discutir y tener que ir igual. Encontré a mamá con los ojos llenos de lágrimas y me asusté. Ella Read More …
