Non te absolvo
Pasó un par de semanas después de reintegrarme. El primer indicio que tuve de que el nuevo residente no era igual a los demás lo recibí al tomar el turno. – Si llaman de la radio o la televisión, el mayor Bahl no está acá. – me miró a los ojos y recalcó. – No está, son sólo rumores. Me encogí de hombros y asentí. Nunca llamaba nadie, ni siquiera los familiares de los Read More …