El accidente
“Cuando me preguntaban por qué tenía dos retrovisores les decía que era para que no me encandilaran. A veces hasta explicaba que al estar en diferentes alturas el reflejo de las luces podía dar en uno y no en el otro, así podía mirar hacia atrás sin que el brillo de las luces me cegase. Pero no, eran para mirar escotes. O caricias debajo de ellos. ¡Con cada feo salen las más lindas! Yo rondaba Read More …