Rumbo a la escuela
No es que la escuela estuviese taaaaan lejos, tampoco. Ocho, nueve leguas, capaz; no llegaba a diez. Pero, a veces, se hacía un poco largo en invierno, con los fríos. Había que salir el día antes, y salir medio temprano, cosa de llegar en hora y estar cerca de la puerta cuando la maestra tocaba la campana. Éramos catorce nosotros, bastantes. Es más que diez catorce. Pero no íbamos todos a la escuela porque unos Read More …