Rumbo a la escuela

No es que la escuela estuviese taaaaan lejos, tampoco. Ocho, nueve leguas, capaz; no llegaba a diez. Pero, a veces, se hacía un poco largo en invierno, con los fríos. Había que salir el día antes, y salir medio temprano, cosa de llegar en hora y estar cerca de la puerta cuando la maestra tocaba la campana. Éramos catorce nosotros, bastantes. Es más que diez catorce. Pero no íbamos todos a la escuela porque unos Read More …

“El Oso de seis patas” – extracto

Soñó que una nube de azules mariposas volaban alrededor de un joven asustado y Lordon, llenó de compasión, le dijo que no temiera. Que aún en los momentos de zozobra, cuando la desesperación hiciera carne en su espíritu, Athanor estaría junto a él, guiándole a través de la oscuridad, pues fue El Padre quien creó el mundo y todos los caminos sobre y bajo la tierra, y en el cielo.Muchas cosas vio esa noche, visiones Read More …

Payasitos

El problema era que el perro ladraba mucho. Demasiado. – ¡Ay, pero la culpa no es del animal! – decían. Como si aquella explicación estúpida hiciera que sus ladridos me dejasen dormir. Tampoco se debía a que los vecinos estuviesen todo el tiempo fuera, pero sí lo estaban en mis horas de descanso. Así que un día hice cuatro o cinco croquetitas y las rellené con los gránulos rojos del veneno para ratas. No sé Read More …

Difícil de explicar

Había sido una mañana tranquila. Un par de llamados por hipertensión, un niño que había recibido una descarga eléctrica y un tipo en moto que había chocado contra una volqueta. Gonzalo se negaba a aceptarlo, pero ese hombre estaba vivo por borracho. – Casi se mata, por borracho – decía. Eso era indiscutible, pero los borrachos tienen un dios aparte, salen con moretones (o la clavícula rota, como en este caso) de accidentes que le Read More …

Los cuchillos del “Chumbo” Guerra

Aparte de algunos muy buenos jugadores de fútbol, Artigas nunca había dado otros deportistas conocidos. No era que a la gente le importara mucho, la verdad sea dicha; porque teniendo al Independencia, a Wanderers y San Eugenio, los artiguenses ya estábamos locos de contentos. Hasta que apareció el Chumbo Guerra.El Chumbo Guerra cambió todo. Porque la gente se puso a escuchar ciclismo de un día para el otro, porque el Chumbo corría que era un Read More …

Jogging

Aunque la religión estaba prohibida desde los tiempos de la revolución, Lin Ke Tong era un ferviente adepto a una de las más modernas entre ellas; el jogging. Trataba de correr siempre que podía, cualquiera fuese la ciudad a la que estuviera destinado. Y lo hacía sólo, habitualmente, pues los miembros de la Guoanbu debían mentir sobre su trabajo. No era imprescindible hacerlo, pero nadie se sentía cómodo con él luego de saber que pertenecía Read More …

El colibrí

(El portador de buenas noticias) Mi padre decía que el trabajo era una distracción. Que, a veces, cuanto más pesada o compleja era una tarea, el tiempo pasaba más rápido.Así que dos días después que falleciera, decidí volver al trabajo.Para no “quedarme en casa pensando” … El problema, es que yo trabajaba como portero; el volver al trabajo buscando distracción y trajín podía ser cierto para mi padre, que era mecánico industrial, pero para un Read More …

Kepler-907c

“Trescientos setenta billones de kilómetros. Poco más o menos. O dicho en un lenguaje que hacía que nuestro trabajo pareciera más interesante, treinta y nueve años luz. A esa distancia había nacido la emisión que respondió una de las preguntas más antiguas de la humanidad… Cuando de pequeño miraba Cosmos, una de las frases de Sagan me marcó profundamente; recuerdo su hablar pausado diciendo: Qué gran desperdicio de espacio sería si realmente estuviésemos solos. Miré Read More …

Compañeros de mesa

Pietro Vilela estuvo a punto de cortarse cuando la idea llegó a su cabeza. Bajó la Gillette con una sonrisa incrédula, ¡las cosas que se le ocurrían a uno cuando la radio no funcionaba! El tano es un hombre puntual, decían en el ministerio, siempre marca en hora. Incluso cuando los paros de transporte dejaban medio capital a pie, el tano Vilela no llegaba ni un minuto tarde. Ni a la oficina ni al café. Read More …

El último regalo

Ana lo vio llegar; vio el coche girar casi tocando la fuente. Poco antes se había ido Juan. Tenían todo calculado, el tiempo siempre ajustaba perfectamente. Él llegaba siempre a las dos de la tarde, media hora antes Fausto dejaba la casa. Luego tendrían cuatro horas para amarse, para demostrar lo que sentían el uno por el otro, para sentirse. Fausto entró mientras pensaba; era quince años mayor que ella, la había visto crecer, forjar Read More …