Muñecas de trapo

Por enésima vez miró el reloj. El segundero parecía haberse detenido y volvió a temer que se hubiera quedado sin pilas. La fina aguja se movió y mantuvo un ritmo invariable hasta que dejó escapar el aire, casi mareada. Había estado conteniendo el aliento sin darse cuenta. Parada junto a la mesa, apoyaba una mano sobre el respaldo de una silla. Esa y la del otro extremo eran las únicas que quedaban del juego original. Read More …

Caligrafía exquisita

Marcelo Zapata tenía muy buena letra. Todas las maestras se lo decían. Su madre estaba contenta, con eso. Marcelo no. La diferencia de criterio se basaba en que su madre no entendía la dinámica masculina. Tal vez hubo un tiempo en que la buena caligrafía (mierda por conocer esa palabra) era motivo de orgullo grupal y envidia silenciosa. Pero eso fue hace mucho, y, Marcelo no tenía dudas al respecto, sólo entre mujeres. Ahora, si Read More …

El primer baño del tío Artemio

Resulta que mi tío Artemio no era muy amigo del agua.No si no se presentaba en forma de cubitos.Los demás tíos le decían que no podía ser así, que avergonzaba la familia. – Tenés que ser como nesotro, Artemio, que se bañamo. Dos vece al año, aunque no haga falta, se bañamo. Tanto insistieron que quedaron bien arrepentidos cuando, en pleno primer baño, el finadito tío Artemio se ganó ese título. – Si no le Read More …

El prestamista

Uno de sus porteros entró para avisarle que alguien esperaba afuera.Asintió y esperó la descripción. Los poderosos son parcos.– Estuvo diez minutos buscando la puerta. Caminó de arriba abajo mirando este papelito. –Extendió el brazo y su hombre de confianza le dio un trozo de papel arrugado, con su dirección dibujada con letra casi infantil. Nunca dejaba de sorprenderle lo mal que escribían sus clientes, pero esa era la primera vez que veía la palabra Read More …

Mamá lo habría querido así

Había una vez una mariposa. Una mariposa de un brillante azul metálico. Una Lysandra Ishtaraye, aunque el común de la gente la llamaba “niña azul”. Había una vez una mariposa, y esa mariposa era la obsesión de Francisco Sosa… Mamá cuidaba de él. Lo hizo en la escuela, en el secundario y mientras cursaba la carrera de contaduría. Mamá tenía que hacerlo porque no había señor Sosa. Nunca lo había habido; Sosa era el apellido Read More …

Noche de niebla

Sí, su novio siempre le decía que esperara un poco mas y tomara el otro ómnibus. “En la parada estás mas protegida; hay luz y gente”, decía. Pero no le había dicho que uno de sus compañeros de estudios estaba siendo demasiado insistente con sus invitaciones. Había pasado de las insinuaciones prácticamente al acoso, y eso no era algo que pudiera contarle a Daniel. Primero preguntaría por qué no le había comentado antes, con aquel Read More …

La apuesta

Había caminado pocos pasos, cuando sintió el tirón en su brazo que lo obligó a volverse. Habitualmente, en las películas, esas vueltas bruscas terminaban con el protagonista en el suelo, víctima de un golpe traicionero. Por un segundo creyó que eso era lo que iba a pasar, pero se encontró con aquellos ojos verdes muy cerca de los suyos. – Vamo´ hablar, calmate. – dijo Ernesto Morales, olvidando por primera vez su tono petulante. – Read More …

El diputado y el sordo Sosa

Me acuerdo que hacía días que mis padres estaban como nerviosos. Parece que venía un DIPUTADO de Montevideo. Cuando ellos lo decían sonaba todo en mayúsculas. EL DIPUTADO. El tío Gabino no daba mucha bola. – ¿Pa que va venir, decía, si al final siempre es lo mismo? Siempre cuesta lo mismo parar la olla. Si no cuesta más. Me llamaba la atención que pensara así, porque mi padre estaba bien contento que viniera el Read More …

La primera vergüenza de mi tío

Una vez había acompañado a mi padre a campaña y me traje una bolsa por la mitá de pitangas. Le llevé unas al tío y quedó chocho. Primero me dijo que trajera “gelo” de la heladera. Cuando volví, había puesto las frutitas en un plato hondo y las había cubierto de agua. Puse el hielo con cuidado de no volcar y me senté. Las chicharras cantaban mientras esperábamos que las pitangas quedaran fresquitas. – Hace Read More …